Capítulo 128
|| PUNTO DE VISTA DE VALERIA ||
No lo había visto en años, pero supe, en el instante mismo en que crucé aquella habitación revestida de terciopelo, que él me reconocería.
La suite real olía tenuemente a colonia y pino: una mezcla elegante y distante, como la vida que había dejado atrás. Me quedé en el umbral, con las manos temblorosas y el pulso resonando en mis oídos.
Y entonces lo vi.
Leandro.
El príncipe de Iverna.
Mi prometido.
El hombre del que huí antes del día de nuestra boda.
Estaba junto a la ventana, con la luz del sol atrapándose en los hilos dorados de su abrigo a medida y una copa de cristal entre los dedos. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, el mundo pareció detenerse.
—¿Valeria? —murmuró, incrédulo.
Tragué saliva. —Hola, Leandro.
Me observó durante un momento demasiado largo antes de dejar la copa a un lado, con el gesto cuidadosamente impenetrable.
—Me dijeron que te habías ido —dijo mientras avanzaba hacia mí—. Que habías desaparecido sin dejar