El tiempo transcurrió en silencio en casa.
Deliberadamente evité todas las noticias relacionadas con él. Cada vez que su nombre aparecía en los foros de la manada o en algún titular exagerado —«El alfa Tomás y su pareja modelo dan la bienvenida a un cachorro misterioso»— simplemente deslizaba más rápido la pantalla.
En cambio, me enfoqué en prepararme para mis estudios en el extranjero. La universidad de la Manada Corona Sombría no era solo una escuela; era el centro para cada cambiaformas ambicioso con cerebro y linaje. Estaba lista para volver a empezar.
Una semana antes de que se finalizara el divorcio, estaba acurrucada en mi cama con un libro en la mano.
Entonces vibró mi teléfono.
Un mensaje de un número que debería haber borrado hace lunas.
—¿Dónde estás?—
Me quedé mirando la pantalla y luego dejé el teléfono boca abajo en la mesita de noche. Que se quede con la duda.
Otro zumbido.
—No olvides que tenemos cita en el registro civil.—
Aun así, no respondí.
Ambos sabíamos qué día e