A la mañana siguiente me despierto a las doce y media. No me sorprende, estaba exhausta. Salgo de nuestra habitación para encontrar a Enzo. Lo veo en el estudio.
—¿Cómo estuvo tu noche, amor?—digo entrando al estudio.
—Fue buena, mi amor, y supongo que tu noche también lo haya sido, viendo la hora en que te despiertas…—dice Enzo besando mi frente.
—Tienes razón. Quería decirte que saldré con Joan para mostrarle Sicilia—digo sonriendo mientras me sient