Al oír las palabras de Ricardo, se hizo el silencio.
Los periodistas se miraron con cara de cotilleo: ¿acababa de decir que Magnolia era su mujer?
Un reportero no pudo resistirse a preguntar, —señor Vargas, ¿es cierto que acaba de decir que la señorita Ruiz es su mujer?
—Señor Vargas, ¿es posible que hubiera una relación anterior entre usted y la señorita Ruiz?
Magnolia oyó las preguntas y miró rápidamente a Ricardo: ¿estaba loco este hombre? ¡Qué estaría balbuceando ante la prensa!
Se apresuró a indicarle a Ricardo con la mirada que no dijera nada más.
¡No quería que cotillearan sobre ella!
Al segundo siguiente, Ricardo asintió al periodista, —Así es.
Magnolia lo oyó y enseguida tomó la palabra para explicarse, —Ricardo, qué estás balbuceando, entre tú y yo no pasa nada.
El hombre la miró, —Si realmente no hay nada, ¿cómo conseguimos a una hija?
Magnolia maldijo en su corazón: ¡cállate, cabrón!
Los reporteros estaban todos frenéticos, este era uno de los misterios sin resolver de Ciud