Ante la súplica de Alexandra, Magdalena, se vio obligada a hablar a pesar de su reticencia interna: —Ricardo, esto es insignificante. Carmen fue la verdadera responsable de todo esto. Así que no culpes más a Alexandra.
Ricardo frunció el ceño ligeramente, mostrando cierta impaciencia, y replicó en tono frío: —Tengo otros asuntos que atender. Pueden irse ya.
Magdalena se sintió alertada al ver su reacción y rápidamente agregó: —Ricardo, en realidad vine a hablar contigo sobre un asunto importante. Mi hermano mayor también vendrá a la fiesta de nuestro compromiso.
Había ido a la empresa especialmente para poder informarle en persona de esa importante noticia; después de todo, el compromiso significaba mucho para ella. Ahora que el matrimonio de Ricardo con Magnolia estaba llegando a su fin, ella se consideraba la persona más adecuada para él, la imbatible.
Ricardo levantó la cabeza y la miró con frialdad, replicando sin rodeos: —¿Y qué? El compromiso fue falso desde el principio, ¿no lo