Mundo ficciónIniciar sesiónMás tarde, mientras Nefertari y Baketamon discutían en voz baja sobre la lista de invitados para la recepción, Nefertari mencionó su deseo de invitar a Amunet, la curandera de los arrabales, para que compartiera su sabiduría sobre hierbas medicinales. Baketamon había expresado sus reservas, preocupada por el protocolo de la corte. Al día siguiente, el jefe de los eunucos del palacio, un hombre conocido por su discreción, se había acercado a Nefertari con una "sugerencia" sutil: que la presencia de Amunet podría ser "malinterpretada" por ciertos elementos de la corte, dado su origen humilde. La coincidencia era demasiado grande. Alguien estaba escuchando.
Nefertari sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. No eran solo rumores, ni la paranoia. Estaban siendo vigilados. Sus conversaciones, incluso las más íntimas, eran escuchadas. La sensación de invasión era abrumadora. ¿Quién podría ser el espía? Nefertari se quedó mirando a las doncellas que ayudaban a Baket






