Capitulo 82

Esa noche, cuando Ahmose finalmente regresó a su palacio, la luna ya estaba alta en el cielo. Encontró a Nefertari sentada junto a la ventana de su alcoba. Estaba leyendo pero al oírlo entrar dejó el papiro a un lado y se levantó.

—Ahmose —dijo Nefertari. Se acercó a él, y sus manos se posaron suavemente en sus brazos—. Estás agotado.

Él asintió, dejando caer su peso sobre el diván. El cansancio era una carga física que ya no podía disimular. —Ha sido un día largo, mi amor.

Nefertari se sentó detrás de él, y con ternura comenzó a masajear sus hombros tensos. Sus dedos hábiles desataron los nudos de estrés que se habían acumulado durante horas. Ahmose cerró los ojos, un suspiro de alivio escapó de sus labios. El toque de Nefertari era un alivio, el único consuelo verdadero que encontraba.

—Hori me dijo que estás trabajando sin descanso —murmuró Nefertari—. Me preocupa verte así. Siento que… que nos es

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App