Olivia Benetti
Después de una mañana rutinaria de náuseas y la visita no deseada de Alex, por fin me siento mejor, lo cual es bueno porque hoy tengo que entregar dos proyectos y supervisar la construcción en casa de la Sra. Novak para asegurarme de que todo vaya según los planos que le preparé al ingeniero.
Me ducho, me lavo el pelo y voy al armario a elegir un conjunto. Opto por una falda tubo rosa, una blusa blanca de botones y tacones rosa claro. Me seco el pelo con el secador y me lo recojo en una elegante coleta. Termino con un maquillaje sutil para disimular la palidez de mi rostro. Me pongo mis pequeños pendientes de piedra verde y un delicado collar a juego, mis inseparables pulseras de mariposas y, por supuesto, el anillo de bodas sigue en mi dedo. Salgo del cuarto escalón en la biblioteca y recojo los proyectos que terminé ayer para enseñárselos a los clientes y ver si les parecen bien. Cojo mi bolso y mi portafolio y salgo, encontrándome con Teresa en el recibidor.
Teresa: