Edith estaba muy lastimada.
Esa mujer le dijo claramente que sabía que era una stripper, eso, aparte de incomodarla y hasta cierto modo, humillarla, le preocupaba, porque no quería que su nombre se ensucie, no por ella, sino por su hijo, que no se merecía pasar por tal bochorno y también por Paolo, que todos sabían o creían que él la había adorado.
Sin embargo, Edith tragó su dolor y bailó con su hijo, aunque su sonrisa se notaba dolorosa.
Facundo pensó que era por recordar a su padre y se había arrepentido por invitarla a bailar, cuando ella estaba hablando con Lorenzo y su novia.
Lorenzo, luego de amenazar a Majo, volvió a su mesa, ella lo seguía por detrás.
-Ya lo sabés, yo voy a ser tu esposa.
Insiste Majo, con una falta de dignidad total.
-Eso jamás va a suceder, no quiero volver a verte en mi vida.
Majo no esperaba esas palabras y se dio cuenta de que había forzado tanto la situación, que de verdad él no quería volver a verla.
El problema lo tendría con Bernardo, aunque confiaba