Olivia era una mujer adulta y responsable, eso nadie lo podía negar, y aún así en la soledad de su departamento se desmoronó, lloró como hacía 8 años no lo hacía, lloró por el positivo que brillaba cual luz de neón en esa prueba de embarazo, sola recordando su pasado responsable de su presente, y cuando al fin sus lágrimas se detuvieron, tomó la decisión que cambiaría su vida para siempre, aunque claro que eso ella no lo sabía.
Decidió tener a ese bebé, cumplir ese sueño pausado que tenía, y aunque en un principio pensó en contactar con el infierno, con el pensamiento de informarle a número 22 lo que había sucedido, y asegurarle fervientemente que no necesitaba hacerse responsable de nada, porque ella sería muy capaz de criar a ese bebé, se abstuvo de realizar dicha llamada, aunque una parte de su pensamiento le aseguraba que debería de notificar a ese hombre que su semilla había echado raíces en su vientre, más a modo de aviso, pues no sabía nada de ese desconocido, además de que est