¿Qué harás?
Era tan descarado que incluso se atrevía a preguntarlo.
Kylie se acomodó el cabello.
—Lord Ethan, no olvides por qué te casaste conmigo. Si alguien más descubre tu secreto, que no te gustan las mujeres… —mmm, si ese secreto salía a la luz, el precio de las acciones del Century Group se desplomaría.
Kylie estaba convencida de que Ethan entraría en pánico.
Ethan levantó la mano y miró su reloj.
—Te quedan dos horas y cuarenta minutos.
¡Kylie sintió que la ignoraban otra vez!
Ella era quien lo estaba amenazando, pero la historia siempre terminaba al revés.
Kylie asintió con dificultad.
Ethan tomó su mano y la guio hacia un lado del helicóptero.
Le abrió la puerta.
—Buen viaje.
Estaba a punto de cerrarla cuando Kylie lo detuvo.
—¿Tú no vas?
Aunque sabía que él no estaba obligado a acompañarla, la idea de quedarse sola en un helicóptero con ese hombre extraño la ponía nerviosa.
Serían dos horas y media encerrados juntos.
—Tengo algo que atender después —respondió Ethan.
Y cerró