Ella no se quedó para seguir viendo, dió media vuelta, mientras William gritaba su nombre - ¡Mierda! -
- ¿Que pasa? - Preguntó la abogada.
- Bájate -
- ¿Que? ¿Pero porque? -
- ¡Que te largues! -
- Ay, está bien - La rubia se bajó, acomodo su blusa, peinado, y caminó en sentido contrario.
William corrió, alcanzó a la chica y la sujetó por la muñeca - Lizzie espera, vamos a hablar -
- ¿Hablar que? - Exclamó la chica en voz alta.
- No hagas un escándalo aquí - Ella volteó a ver atrás, muchos empleados del bufete aún salían del edificio - Vamos, sube al auto -
La joven tragó saliva y lo siguió. William manejó y una vez fuera del estacionamiento la chica habló - Ésto se terminó - Dijo, al mismo tiempo un trueno se escuchaba del cielo. Toda la semana el clima estuvo frío, nublado.
- Por supuesto que no -
- ¡Por Dios William! Tenías tu mano debajo de su blusa -
- No me grites, por favor. Yo... Eso... Tengo un problema ¿Okey? Voy con el psicólogo, trato de no pensar en el sexo y tener una par