Julia.-

Salir de la habitación escoltada por dos detectives, después de un ataque horrible del hotel, ¡Adiós a mi bajo perfil!

— ¿Julia? –una voz muy familiar, hizo que todos nos detuviéramos de golpe.

— ¿Gian Shmid? –Gian mira asombrado a los hombres de traje y a mi padre.

— ¿Todo está bien?

— Sí, no… es un asunto que debo aclarar –digo con timidez.

— ¿Necesitas un abogado? –abrí la boca, para decir que no, pero mi padre hablo primero.

— ¡Sí! Necesita un abogado.

Mi padre y Gian nos seguían en otro vehículo, mientras yo iba como si fuera la delincuente con los detectives, en varias ocasiones noté como me miraban de manera sospechosa por el espejo retrovisor.

No estaba segura si era buena idea contar lo que me sucedió hace un momento, si ese hombre cumple su amenaza, no debí dejar a Libia con Alex solos.

No veía la hora en que esto acabará, Cora tuvo razón no era el momento para volver a Las Vegas.

Ya en la comisaría Gian entró conmigo a una sala de interrogación, y según e