Brian.-
Al llegar al lobby del hotel escucho los gritos de mujeres, una gran cantidad de gente corren desesperados y con miedo, pasando a nuestro lado.
— ¿Qué carajos está pasando aquí? –Hazel se encoge de hombres y vuelve la mirada hacia su teléfono.
— Deberíamos irnos ya –me dice con calma, como si la situación no le afectara.
Estuve a punto de hacerle caso a Hazel e irme, pero un mal presentimiento se instaló en mi pecho, de inmediato sentí angustia y sin siquiera pensarlo mis piernas comenzaron a moverse hacia la dirección de dónde provenía el escándalo.
— ¡Dios mío, no puedo creerlo, le dispararon a quema ropa! –comentó una joven con el rostro lleno de lágrimas.
Con cada paso que doy, mi respiración se agita rápidamente, al entrar al casino mi corazón se paraliza ante la imagen que veo a unos pasos de mí. Una mujer llorando tirada en el suelo, en medio de sus brazos sostenía un cuerpo, su rostro y su ropa tenían salpicaduras de sangre.
— ¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA, POR FAVOR