Punto de vista de Escarlata—Alfa, por favor reconsidera esto —le suplicó el Beta Juan con el rostro pálido por la preocupación—. Si nos lanzamos a atacar la Manada Sombra así, vamos a terminar con muchas bajas.
Los ojos de Luciano ardieron en rojo cuando se giró hacia su segundo al mando. —¿Te atreves a cuestionar mis órdenes?
—Esto no se trata de cuestionarle —insistió Juan—. Se trata de proteger a nuestra manada. Necesitamos tiempo para prepararnos, para reunir aliados...
—Lo único que necesito —lo interrumpió Luciano— son guerreros que sigan las órdenes de su Alfa sin cuestionarlas.
Luciano pasó junto a Juan encaminándose hacia los campos de entrenamiento.
—¡Alfa, esto es una locura! —Juan se interpuso frente a Luciano, bloqueándole el paso.
Los ojos de Luciano destellaron con un intenso color rojo. —Apártate, Beta.
—Los guerreros no están listos —insistió Juan—. No hemos reunido suficientes armas, ni hemos planeado una estrategia...
—¿Estrategia? —Luciano soltó una risa fría—. Aquí