POV de Diego
El sol de la mañana entraba por las ventanas de mi oficina, iluminando los documentos apilados sobre mi escritorio. Era una imagen que había visto cientos de veces antes, pero esta vez se sentía diferente. Esta vez, el caos se había disipado, y lo que quedaba era el inicio de algo nuevo.
Habíamos ganado. Adriana y yo lo logramos juntos.
—¿Sigues ahí, o te perdiste en tus pensamientos? —Adriana entró con una taza de café y me miró con una media sonrisa.
—Estaba pensando en cómo demonios seguimos en pie después de todo.
Ella soltó una risa suave y se sentó en el borde de mi escritorio.
—Porque nos negamos a caer.
Asentí, tomé un sorbo de café y me permití un raro momento de tranquilidad. El negocio que habíamos reconstruido estaba comenzando a estabilizarse. Las pérdidas aún dolían, pero cada día dábamos un paso más hacia adelante.
—Ahora que hemos recuperado todo, ¿qué sigue? —preguntó Adriana, su tono más ligero, pero con una genuina curiosidad.
—Construir algo nuevo. Algo