POV de Adriana
El silencio en mi oficina era ensordecedor. Miraba la pantalla de mi ordenador, pero las palabras se mezclaban, no lograba concentrarme. El eco de las amenazas de Dave y Elena resonaba en mi mente. Cada mensaje, cada llamada, se volvía más amenazante, más cercano al límite. En los últimos días, había sentido una presión constante sobre mis hombros, como si estuviera siendo observada en todo momento, como si no tuviera escapatoria.
La primera vez que recibí una amenaza, pensé que era una simple advertencia. "Si no te alejas de Diego, las cosas se pondrán feas", me dijo Dave en un tono que no podía decir si era serio o solo un intento de intimidación. No le presté mucha atención en ese momento. Después de todo, siempre había habido gente dispuesta a amenazar desde las sombras, sin que realmente tuvieran el valor de hacer algo.
Pero pronto, las cosas tomaron un giro diferente. La segunda vez, la voz de Elena fue más firme, más decidida. "Sabes lo que podemos hacer, Adriana.