POV de DiegoEl teléfono vibró en mi bolsillo, sacándome de mis pensamientos. La pantalla mostraba un número desconocido, pero algo en mi intuición me dijo que no era una llamada cualquiera. Estaba acostumbrado a manejar situaciones difíciles, pero esta, esta era diferente. La voz al otro lado de la línea era grave, urgente, y el tono de preocupación que escuché me puso en alerta inmediata."Diego, tenemos un problema", dijo la voz de Marcos, uno de los colaboradores más cercanos en la empresa. "Hay rumores de una reunión secreta entre Dave y Elena. Algo que no pinta bien."Fruncí el ceño al escuchar sus palabras. Dave y Elena. Ambos eran piezas clave en este juego sucio, pero nunca imaginé que pudieran estar trabajando juntos de manera tan descarada. Mi mente empezó a funcionar a toda velocidad, evaluando las posibilidades y las consecuencias de una alianza tan peligrosa."¿Qué sabes exactamente?", pregunté, tratando de mantener la calma."Lo que sabemos es que se están reuniendo a es
POV de AdrianaEl miedo era algo que había aprendido a manejar, o al menos a disimular. Había tenido que ser fuerte por tanto tiempo que, a veces, me olvidaba de cuán frágil podía ser una persona bajo presión. Pero esa presión, esa constante sensación de estar siendo observada, de que cada paso que daba estaba siendo calculado por alguien más, se estaba convirtiendo en algo insoportable. Las amenazas se volvían cada vez más frecuentes y más directas, y aunque Diego intentaba tranquilizarme, la paranoia no me dejaba vivir en paz."Adriana, no te preocupes. Estoy manejando todo", me repetía Diego una y otra vez, pero sus palabras no aliviaban la ansiedad que me corroía por dentro. Cada vez que el teléfono sonaba, sentía un nudo en el estómago. Cada vez que alguien tocaba la puerta o llegaba un mensaje sin remitente, mi mente se desbordaba con los peores pensamientos. Cada sombra parecía tener un rostro familiar, y los lugares que antes me parecían seguros ahora se sentían peligrosos.Pas
POV de DiegoEl aire estaba pesado esa noche. No era solo el calor asfixiante del verano, ni la presión de lo que estábamos a punto de hacer. Era el peso de las decisiones que se acumulaban sobre nosotros, las elecciones que habíamos tomado y las que aún nos quedaban por hacer. Sabía que todo esto no iba a ser fácil. Y si había algo que había aprendido de todo este caos, era que siempre había más en juego de lo que parecía a simple vista.La conversación con Robert había sido tensa. Ambos sabíamos lo arriesgado que era lo que planeábamos. Exponer a Dave y Elena, sus verdaderos motivos, significaba que estábamos entrando en un terreno peligroso. Había mucho en juego: no solo nuestra reputación, sino también nuestras vidas. Y no sabía si Adriana podía soportarlo. Había visto cómo el miedo la consumía poco a poco, cómo las amenazas de Dave y Elena la perseguían incluso en sus momentos de calma. No podía dejarla sola en esto. No quería que sufriera más.Me encontraba en mi despacho, mirand
POV de DiegoEl peso del momento era innegable mientras caminaba por el pasillo hacia mi oficina. Cada paso parecía tener un propósito, cada uno resonando más fuerte que el anterior. Mis pensamientos corrían, pero mi expresión permanecía firme, determinada. El juego en el que estaba a punto de entrar ya no era solo cuestión de negocios; ahora era algo personal. Dave había cruzado una línea, y las apuestas nunca habían sido tan altas.La puerta de mi oficina chirrió ligeramente cuando la empujé. El cuarto, quieto y silencioso, era un espacio familiar, pero todo dentro de él se sentía ajeno ahora. Mi mundo había cambiado, y ya no se trataba solo de números y estrategias. Ahora era sobre sobrevivir—sobrevivir en un juego que era más peligroso de lo que había imaginado. Pero incluso frente a todo esto, había algo que sabía con certeza: no iba a dar marcha atrás. No por nadie. No por nada.Me acerqué a mi escritorio, tomé asiento, dejando que mis ojos se posaran sobre los papeles esparcidos
POV de DiegoEl destino de la empresa y, más importante aún, mi propio legado estaban en juego. No era solo una cuestión de negocios; era algo personal. Dave y yo habíamos cruzado demasiados límites para que esto se resolviera de manera diplomática. No iba a retroceder, no cuando estaba tan cerca de acabar con él de una vez por todas.Había pasado años construyendo mi camino, demostrando que era más que un simple heredero de una fortuna familiar. Pero Dave siempre había sido una sombra, alguien que no solo buscaba mi caída sino que disfrutaba cada intento fallido de lograrlo. Esta vez, sin embargo, las cartas estaban a mi favor. Había trabajado incansablemente para reforzar mis alianzas, expandir mis operaciones y blindarme ante cualquier ataque que pudiera lanzar. Pero aún así, sabía que subestimarlo sería mi mayor error.Mientras revisaba los informes más recientes de la empresa, un mensaje cifrado llegó a mi teléfono. Lo abrí con cautela y en cuanto leí su contenido, mi pulso se ace
POV de DiegoEl Último Movimiento de DiegoMe paré frente a los ventanales de mi oficina, mirando la ciudad bajo mis pies. El horizonte, que solía darme satisfacción, ahora se sentía vacío. La victoria que había perseguido durante años finalmente era mía: el imperio de Dave se había derrumbado bajo mis manos. El hombre que traicionó a mi familia, que nos robó y creyó que podía marcharse sin consecuencias, ahora no tenía nada.Pero yo tampoco.En el momento en que Adriana salió de mi vida, supe que había perdido algo mucho más valioso que la venganza.La puerta de la oficina se abrió detrás de mí, y Robert entró con el rostro inexpresivo. Había sido mi aliado más cercano en esta guerra contra Dave, pero ahora parecía un hombre que traía malas noticias.—No te responde, ¿verdad? —preguntó.Apreté la mandíbula y negué con la cabeza.—Ni siquiera atiende mis llamadas.Robert suspiró y se apoyó en el escritorio.—Diego, debiste haberlo visto venir. Ella nunca quiso esto. Lo sabías.—Hice lo
POV de DiegoLa guerra había terminado.Después de años de planes, de sacrificios, de noches sin dormir y decisiones que me perseguirían el resto de mi vida, finalmente había logrado lo que me propuse: Dave estaba acabado.Su imperio, construido sobre corrupción y mentiras, se derrumbó como un castillo de naipes. Sus empresas quebraron, sus aliados lo abandonaron y su reputación quedó destruida. Lo dejé sin nada.Pero mientras me quedaba solo en mi oficina, con el whisky en la mano y la ciudad extendiéndose frente a mí, me di cuenta de algo: la victoria no sabía a nada.Porque en el proceso, había perdido algo más importante.Había perdido a Adriana.Después de la caída de Dave, Adriana se alejó.No hubo gritos, ni una pelea explosiva. Solo distancia. Fría, silenciosa e impenetrable.No me respondía los mensajes. No devolvía mis llamadas. Ni siquiera una señal de que todavía me tenía en su vida.Lo entendía.Para ella, la guerra contra Dave no solo se trataba de negocios. Se trataba de
POV de AdrianaEl sonido de los pasos de Robert resonó en la habitación antes de que pudiera verlo. El eco de sus zapatos sobre el suelo de cemento se clavó en mi pecho, cada paso marcando una distancia inevitable. Cuando finalmente levanté la vista, allí estaba él, de pie en el umbral de la puerta, con la mirada fija en mí, pero con la expresión de alguien que ya había tomado una decisión irrevocable.—Creo que es momento de que me haga a un lado —dijo, su voz baja pero firme, sin temblores, sin dudas. —Necesitas concentrarte en ti misma, Adriana. En lo que viene después.Un nudo se formó en mi garganta, tenso y pesado. Sabía lo que significaban sus palabras, pero no quería aceptarlas. No ahora. No después de todo lo que habíamos pasado.—Robert… —susurré, sin saber siquiera cómo continuar. —Tú has estado conmigo en todo esto. ¿Cómo puedes…?—Porque no soy la respuesta que necesitas —interrumpió, avanzando un poco, pero manteniendo una distancia prudente. —Siempre fuiste más fuerte qu