POV de DiegoEl reloj marcaba la hora exacta en que la noche comenzaba a sumergirse en una quietud incómoda. La tensión que sentía era palpable, y mientras nos preparábamos para dar los primeros pasos en un juego mucho más grande de lo que imaginábamos, el eco de las palabras de Adriana seguía retumbando en mi mente: "Tenemos que contarle a los demás. Esto no puede quedar así."Sabía que no podía posponer más las decisiones. Había estado evitando enfrentar la verdad, escondiéndome en la oscuridad de mis propias dudas. Pero ahora que lo veía claramente, la imagen era mucho peor de lo que había anticipado. Robert, mi propio hermano, estaba trabajando con los enemigos que habíamos combatido durante años. Todo lo que habíamos logrado, todo lo que mi familia había construido, podría desmoronarse en cuestión de días si no hacíamos algo.Era una pregunta que me rondaba sin cesar. La traición de Robert no solo era una herida profunda, sino también una amenaza directa a todo lo que representába
POV de AdrianaEl silencio en mi oficina era ensordecedor. Miraba la pantalla de mi ordenador, pero las palabras se mezclaban, no lograba concentrarme. El eco de las amenazas de Dave y Elena resonaba en mi mente. Cada mensaje, cada llamada, se volvía más amenazante, más cercano al límite. En los últimos días, había sentido una presión constante sobre mis hombros, como si estuviera siendo observada en todo momento, como si no tuviera escapatoria.La primera vez que recibí una amenaza, pensé que era una simple advertencia. "Si no te alejas de Diego, las cosas se pondrán feas", me dijo Dave en un tono que no podía decir si era serio o solo un intento de intimidación. No le presté mucha atención en ese momento. Después de todo, siempre había habido gente dispuesta a amenazar desde las sombras, sin que realmente tuvieran el valor de hacer algo.Pero pronto, las cosas tomaron un giro diferente. La segunda vez, la voz de Elena fue más firme, más decidida. "Sabes lo que podemos hacer, Adriana.
POV de DiegoEl peso de todo lo que había hecho a Adriana me aplastaba como una nube de tormenta insoportable. Ella ya no era la misma mujer que me miraba con confianza y afecto. Esa mirada había desaparecido, sustituida por algo más frío, algo distante. Y no podía culparla por ello. Había destruido esa confianza con cada mentira, con cada elección que ponía por encima de su bienestar mi ambición. Pero ahora, estaba decidido a cambiar las cosas. Tenía que demostrarle, a través de mis acciones, que podía ser el hombre que ella merecía, no el hombre que había sido.No me había dado cuenta de cuánto había dado por sentada su fuerza hasta que fue demasiado tarde. Ella había estado a mi lado, incluso cuando todo lo que había hecho parecía una traición hacia ella. Pero ahora, mientras ella se alejaba de mí, mientras mantenía su distancia, sabía que tenía que ganarme su confianza nuevamente. Las palabras ya no bastaban. Tenía que demostrarlo con mis actos.Hoy, decidí dar un paso hacia ese ca
POV de DiegoEl teléfono vibró en mi bolsillo, sacándome de mis pensamientos. La pantalla mostraba un número desconocido, pero algo en mi intuición me dijo que no era una llamada cualquiera. Estaba acostumbrado a manejar situaciones difíciles, pero esta, esta era diferente. La voz al otro lado de la línea era grave, urgente, y el tono de preocupación que escuché me puso en alerta inmediata."Diego, tenemos un problema", dijo la voz de Marcos, uno de los colaboradores más cercanos en la empresa. "Hay rumores de una reunión secreta entre Dave y Elena. Algo que no pinta bien."Fruncí el ceño al escuchar sus palabras. Dave y Elena. Ambos eran piezas clave en este juego sucio, pero nunca imaginé que pudieran estar trabajando juntos de manera tan descarada. Mi mente empezó a funcionar a toda velocidad, evaluando las posibilidades y las consecuencias de una alianza tan peligrosa."¿Qué sabes exactamente?", pregunté, tratando de mantener la calma."Lo que sabemos es que se están reuniendo a es
POV de AdrianaEl miedo era algo que había aprendido a manejar, o al menos a disimular. Había tenido que ser fuerte por tanto tiempo que, a veces, me olvidaba de cuán frágil podía ser una persona bajo presión. Pero esa presión, esa constante sensación de estar siendo observada, de que cada paso que daba estaba siendo calculado por alguien más, se estaba convirtiendo en algo insoportable. Las amenazas se volvían cada vez más frecuentes y más directas, y aunque Diego intentaba tranquilizarme, la paranoia no me dejaba vivir en paz."Adriana, no te preocupes. Estoy manejando todo", me repetía Diego una y otra vez, pero sus palabras no aliviaban la ansiedad que me corroía por dentro. Cada vez que el teléfono sonaba, sentía un nudo en el estómago. Cada vez que alguien tocaba la puerta o llegaba un mensaje sin remitente, mi mente se desbordaba con los peores pensamientos. Cada sombra parecía tener un rostro familiar, y los lugares que antes me parecían seguros ahora se sentían peligrosos.Pas
POV de DiegoEl aire estaba pesado esa noche. No era solo el calor asfixiante del verano, ni la presión de lo que estábamos a punto de hacer. Era el peso de las decisiones que se acumulaban sobre nosotros, las elecciones que habíamos tomado y las que aún nos quedaban por hacer. Sabía que todo esto no iba a ser fácil. Y si había algo que había aprendido de todo este caos, era que siempre había más en juego de lo que parecía a simple vista.La conversación con Robert había sido tensa. Ambos sabíamos lo arriesgado que era lo que planeábamos. Exponer a Dave y Elena, sus verdaderos motivos, significaba que estábamos entrando en un terreno peligroso. Había mucho en juego: no solo nuestra reputación, sino también nuestras vidas. Y no sabía si Adriana podía soportarlo. Había visto cómo el miedo la consumía poco a poco, cómo las amenazas de Dave y Elena la perseguían incluso en sus momentos de calma. No podía dejarla sola en esto. No quería que sufriera más.Me encontraba en mi despacho, mirand
POV de DiegoEl peso del momento era innegable mientras caminaba por el pasillo hacia mi oficina. Cada paso parecía tener un propósito, cada uno resonando más fuerte que el anterior. Mis pensamientos corrían, pero mi expresión permanecía firme, determinada. El juego en el que estaba a punto de entrar ya no era solo cuestión de negocios; ahora era algo personal. Dave había cruzado una línea, y las apuestas nunca habían sido tan altas.La puerta de mi oficina chirrió ligeramente cuando la empujé. El cuarto, quieto y silencioso, era un espacio familiar, pero todo dentro de él se sentía ajeno ahora. Mi mundo había cambiado, y ya no se trataba solo de números y estrategias. Ahora era sobre sobrevivir—sobrevivir en un juego que era más peligroso de lo que había imaginado. Pero incluso frente a todo esto, había algo que sabía con certeza: no iba a dar marcha atrás. No por nadie. No por nada.Me acerqué a mi escritorio, tomé asiento, dejando que mis ojos se posaran sobre los papeles esparcidos
POV de DiegoEl destino de la empresa y, más importante aún, mi propio legado estaban en juego. No era solo una cuestión de negocios; era algo personal. Dave y yo habíamos cruzado demasiados límites para que esto se resolviera de manera diplomática. No iba a retroceder, no cuando estaba tan cerca de acabar con él de una vez por todas.Había pasado años construyendo mi camino, demostrando que era más que un simple heredero de una fortuna familiar. Pero Dave siempre había sido una sombra, alguien que no solo buscaba mi caída sino que disfrutaba cada intento fallido de lograrlo. Esta vez, sin embargo, las cartas estaban a mi favor. Había trabajado incansablemente para reforzar mis alianzas, expandir mis operaciones y blindarme ante cualquier ataque que pudiera lanzar. Pero aún así, sabía que subestimarlo sería mi mayor error.Mientras revisaba los informes más recientes de la empresa, un mensaje cifrado llegó a mi teléfono. Lo abrí con cautela y en cuanto leí su contenido, mi pulso se ace