POV de Diego
Mis manos estaban temblando ligeramente mientras ajustaba el volante del coche, conduciendo a través de las calles vacías en dirección a la casa. La noche estaba oscura, solo iluminada por las luces tenues que salían de los postes en la carretera. Lo único que podía pensar era en Adriana. No podía sacarla de mi mente, no importaba cuánto intentara.
Sabía que algo había cambiado entre nosotros. Algo que no podía dejar de sentir, una tensión en el aire que nunca había estado allí antes. Pero al mismo tiempo, esa misma tensión me asfixiaba. ¿Qué significaba todo esto?
Mis pensamientos eran un caos, y cuando llegué frente a su casa, no pude evitar detenerme por un momento. Podía sentir mi corazón acelerado, palpitando contra mi pecho, mientras miraba la ventana de su habitación. ¿Estaría ella ahí, esperando? ¿O estaba fuera, con alguien más?
Me bajé del coche con prisa, sin darle tiempo a mis pensamientos para seguir controlando mi mente. No podía perder más tiempo. Adriana te