Parte 2...
Ana
Encontré un poco extrañas las expresiones de los dos cuando salieron de la oficina de Matteo. Se detuvieron para hablar conmigo y me hicieron algunas preguntas de la nada, luego dijeron que necesitaban hablar un poco más conmigo.
Me agradan los dos, pero pensé que fueron bastante directos y curiosos. Pero está bien, respondí normalmente y también me quedé intrigada por saber qué podrían querer de mí después.
Ahora tengo que ir a la sala de archivos a recoger algunas carpetas que mi jefe, el estresado, me ha encargado. Y dado que está solo ahora, es mejor que me vaya rápido antes de que empiece a gritar mi nombre.
— Chica, ni te cuento - otra empleada apareció mientras esperaba el ascensor — Parece que el todopoderoso está que echa chispas de rabia - dijo.
Solo fruncí el ceño y volví a apretar el botón del ascensor.
— Hay un chisme corriendo en el almacén - dijo más cerca de mí — Que nuestro guapísimo jefe está hablando de matrimonio - habló más bajo, tapándose la boca c