Con la insistencia de Dan para ir a almorzar, Keylen se esperaba un restaurante elegante o al menos casual, ya que ninguno de los dos estaba vestido para uno elegante.
Pero lo que nunca se esperó fue llegar a Gray’s Papaya.
-¿Es una broma? – el tono de Keylen no es de molestia, es de sorpresa dura y concisa -.
-No y espero que te gusten. Son mis favoritos.
-Pues tienes suerte de que me gusten o tendrías un balazo en el pie – su tono es de alegría, pero Dan sabe que es muy cierto lo que la chica le está diciendo -.
-No puedo creer que no te saques esas armas de encima ni para un día casual.
-Ni la placa, nunca sabes cuando puedes necesitar alguna de ellas o las dos.
-¿Has tenido que mostrar tu placa alguna vez, por algo estúpido?
-Sí… - Keylen se ríe de solo recordar -. Una vez necesitaba entrar al baño de un bar,