Al día siguiente, Chris fue a la puerta de la casa de Amber y tocó el timbre, tomándola por sorpresa. Cuando ella descubrió el motivo de su visita, su asombro solo aumentó.
—Normalmente, siempre le doy un regalo de cumpleaños a Ruby. Este año se me olvidó por completo, así que vine a pedirle su ayuda. Quiero llevar a Ruby a escoger un regalo de cumpleaños atrasado.
—¿Regalo de cumpleaños de Ruby? —repitió Amber, sorprendida.
—Sí.
—Está bien, llamaré a Ruby. Tome asiento, puede que todavía no esté despierta.
—Gracias.
Amber subió rápidamente las escaleras al segundo piso. Tocó la puerta del cuarto de su hija y, en un instante, Ruby la abrió. Al ver la expresión sorprendida de su madre, su curiosidad creció.
—¿Qué pasa, mamá? ¿Por qué te ves tan sorprendida?
—¿Cómo no voy a estarlo? Chris acaba de venir y quiere llevarte a comprar un regalo de cumpleaños.
—¿Chris? —los ojos de Ruby se agrandaron, incrédulos.
—Sí, claro. Hasta yo estoy sorprendida. ¿Vas a ir, querida?
—Sí, sí i