Capítulo noventa y siete
Pov Sara
Todo iba jodidamente perfecto y el viene a hablar.
Por supuesto me tuve que hacer la desentendida e asustada y correr escaleras arriba y encerrarme en mi cuarto a escuchar como dice que le abra la puerta desde hace una hora.
Me asiento en el piso al frente de la puerta y él deja de hablar para acomodarse igual que yo—Sé que me estás escuchando, te digo esto porqué lo necesito. Te quiero y me gustaría que vuelvas a mí, toda tú me pertence, absolutamente toda, desde tus pies hasta el último pelo de tu cabeza —lo escucho quitarse los zapatos y tirarlos lejos—y escúchame bien, no me rendiré —se levanta.
Sonrío, el ricachón es insistente.
Su aroma desaparece y observo por la ventana como arranca el aut