Capítulo ciento seis
Observo a Wade que termina con el último y la risa seca del señor Alcibíades llena nuestros oídos —¿Creíste que eso era todo? Este pequeñín será mi hijo y lo criaremos con rencor hacia ustedes para iniciar una guerra —Amir yase en sus brazos y la perra a su lado.
¿Por qué confíe en Elizabeth?
Nunca hace las cosas bien.
Camino con calma hasta quedar en el centro de todo—Tú y yo tenemos que terminar con el duelo o me vas a decir que eres tan cobarde que te escaparás—pasa a Amir a los brazos de Serafina y camina hasta mí.
—Esto lo ganaré yo, soy más fuerte que tú, zorrita—mi cara arde del enojo y corro hasta él para tomarlo de su cuello de camisa, en un ágil movimien