Hailey y tres cazadores más se acercan a la distancia, guiados por el cuervo que los trajo hasta mí.
En el gremio solemos usar animales entrenados para detectar y buscar a los hombres lobo en la noche. Pasan mucho más desapercibidos que un dron o cualquier equipo tecnológico, y además lo llevamos haciendo durante generaciones.
Hailey corre hacia mí y me abraza con fuerza.
—¡¿Qué te pasó?! —Es lo primero que pregunta.
Giro los ojos y volteo hacia otro lado, no quisiera tener que contestar esa pregunta.
—Es algo largo de contar, ¿has traído todo lo que te pedí?
—Sí, ropa, un celular y más cazadores.
Oliver, Sam y Steve me saludan con la mano a la distancia. Los conozco desde hace un tiempo, pero nunca hemos sido tan cercanos. Sus métodos para cazar y los míos son demasiado diferentes como para llevarnos bien, así que solo nos toleramos.
Tomo las cosas que me trajo y la jalo del brazo para alejarnos de esos tres un momento.
—¿Por qué viniste con ellos? Pudiste haber traído a Ben o a Kevi