Los lobos festejaron toda la noche la ceremonia de matrimonio del Alfa y el Beta de la manada. Ninguno de ellos sospechaba que, entre las sombras, una nueva amenaza los acechaba. En lo alto, la luna llena brillaba con intensidad, sin embargo, ni siquiera la luz de la diosa luna era lo suficientemente fuerte como para que pudiesen ver los ojos azules que los miraban desde la distancia.
Una sonrisa se formó en su rostro, porque sabía que había encontrado a los que tanto había perseguido durante años, y ahora nada lo detendría para cobrar su venganza.
De pronto, n aullido hizo resonar todo a su alrededor, el lobo plateado salió corriendo a toda prisa de allí, mientras un par de cuervos volaban de entre los árboles, dejando la advertencia de su venida.