Elizabeth
No estoy segura si podré cumplir con mi parte del trato. Al ver al señor Ronald, todo mi cuerpo comenzó a temblar por el miedo al ser descubierta.
Su mirada se posa sobre mí, no puedo evitar incomodarme, siento como si pudiera ver a través de mí, un conocedor de la verdad.
Se acercó a mí, extendió su mano, con una gran sonrisa.
-¡Bienvenida a la familia Elizabeth! Me dijo.
¿Ya lo sabrá? Me pregunto... forzando una sonrisa asentí ante su comentario.
El parecido con su hijo es mucho, en excepción de sus ojos amarillentos, y la enorme cicatriz en su rostro.
Me acerqué a Afred, quién tenía una gran sonrisa. Sé que si convencemos a su padre de nuestro compromiso habré cumplido el trato con éxito.
Solo tengo que relajarme, hacer de cuenta de que soy su esposa, su verdadera esposa. Marchamos a la sala principal, estoy a punto de sentarme cuando Alfred, me toma de la cintura y me sienta sobre él.
Lo miré con desaprobación, porque me sentí avergonzada, intenté hacerme a un lado, p