*—Dominick:
La siguiente semana estuvo dedicada a convertir su nueva casa en un verdadero hogar.
Con la ayuda de sus madres, Dominick y Callum recorrieron tiendas de muebles y decoración, comparando telas, colores y estilos. Dominick había sido claro desde el principio: no quería arrastrar nada de su viejo apartamento. Esa etapa de su vida había quedado atrás y deseaba empezar fresco, sin ataduras a lo que fue.
Callum estuvo completamente de acuerdo. Tanto así, que aceptó que recogieran el resto de sus ropas y pasaran los días en la habitación de la casa de los padres de Dominick, mientras vendían el apartamento y se deshacían de los muebles viejos.
Comenzar desde cero se sentía liberador, y ambos sabían que este era el momento para hacerlo.
El día más esperado llegó: iban a llevar a los bebés a su nueva casa. Querían que todo estuviera listo para recibirlos. La habitación de estos ya estaba vestida con cunas, cortinas suaves y detalles que transmitían calidez. En la sala y la cocina