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*—Callum:

Estuvo rodeado de invitados, risas y charlas, pero no podía dejar de pensar en Dominick y Engel. Sabía que Dominick debía estar consolando a su amigo, y que Dante también estaba ahí, siendo un apoyo silencioso que entendía su dolor. Callum se sintió agradecido de que Engel tuviera personas así a su lado, al igual que él contaba con Noah y Theo, presentes en las buenas y en las malas.

La velada continuó, y más tarde Callum sintió la urgente necesidad de ir al baño. Se dirigió a Dante, quien no se había apartado de él en ningún momento.

—¿Podemos ir al baño? —preguntó Callum.

—¿Juntos? —respondió Dante, con un toque de coquetería.

—Solo yo entraré al cuarto, Dante —replicó Callum, molesto, pero divertido, sabiendo que estaba bromeando.

—Bromeo, cariño —dijo Dante, tomando suavemente su mano para guiarlo.

Entraron a la casa y se dirigieron a la habitación de invitados en el primer piso, adaptada para Callum, ya que las escaleras le resultaban difíciles de usar. Allí había un ba
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