Cerramos la forja y nos dirigimos a la casa de la manada.
"Ehh... Betas, Reina, líderes... Nosotros no podemos... subir ahí." — dijo Mike cohibido cuando nos habíamos dirigido hacia el ala con nuestras habitaciones.
"Es... zona restringida para nosotros..." — dijo otro chico de la forja.
Les miramos sorprendidos.
"Ahora sois nuestros guardias. ¿Cómo vais a protegernos si os quedáis aquí?"— les pregunté.
"Nadie va a decccirosss nada porque venísss con nosssotrosss y lo permitimosss."
Aunque inseguros, los chicos avanzaron con nosotros por nuestras alas privadas. Llegamos a nuestra habitación. Tocamos a la puerta y Julián nos abrió.
— ¡Vaya! Venís todos. Vamos a estar un poco apretados. Isa y Ana están de camino para buscar pistas. — dijo Julián después de que pasásemos y cerrase la puerta.
Me dirigí a la cama y me senté en un lado mientras cogía la mano de Esteban. Parecía bastante tranquilo a pesar del sudor que le acompañaba.
— Encontraremos a quien te ha hecho ésto... y te pondrás b