Me desperté varias horas después, sintiéndome como no me había sentido en diez años: descansado, relajado, feliz y amado. Las tensiones y preocupaciones de las últimas semanas se habían ido a algún recoveco apartado de mi mente y permitiéndome disfrutar de esta paz.
Bajé la mirada para encontrarme con Emily durmiendo cómodamente en mi pecho. Su brazo desnudo atravesaba mi torso y su mano agarraba mi hombro. ¡Era tan hermosa..!
Aún no podía creerme que ella me amase: aquello me hacía inmensamente feliz y por primera vez en diez años, supe que podía rehacer mi vida y enfrentarme a cualquier cosa que sucediese mientras ella estuviese a mi lado.
"Tenían razón... necesitaba una Luna. Y tengo la mejor de todas." — pensé para mis adentros.
"Aún debemos convencerla... buenos días." — me saludó Roy con un bostezo, él también estaba bastante relajado.
"Lo conseguiremos." — le dije mientras abrazaba su espalda desnuda. La miré con un profundo cariño hasta que me di cuenta... que ella estaba desnu