Llegamos a la forja entre un montón de cuchicheos.
— Muchas gracias por acompañarme, pero no hacía falta... — me dijo Emily.
— Sé que no hacía falta, pero quería hacerlo. — dije poniéndome delante de ella y rodeando su cintura con mis brazos mientras ella hacía lo mismo — Espero que tengas un muy buen día.
— Seré el cotilleo del día. Mis aprendices harán mal todas las piezas por tener la cabeza en otro sitio.
— Entonces tendrás que meterlos en vereda.
— Sí, pero no mucho... ayer hice mal una pieza. Hace muchos años que no me pasaba eso.
"Eso no me lo esperaba. La carrera la afectó más de lo que nos dejó ver." — me dijo Roy mientras acercaba mi rostro a la oreja de Emily.
— Si tanto deseabas correr conmigo... habérmelo dicho. — le susurré con voz grave.
— No es eso. — me dijo nerviosa y me reí con suavidad — Nunca había estado en una. Es normal que estuviera nerviosa.
— ¿Nunca? ¿Ni siquiera..? — le pregunté sorprendido sin dejar el tono grave.
— Nunca, Esteban. — se acercó a mi oreja y