Se dio la vuelta sobresaltada al oír que la puerta se abría y vio a Joaquín entrando.
Carolina se levantó de inmediato para recibirlo: —¿Ya regresaste?
Joaquín asintió mientras su mirada recorría la sala buscando a Gabriel: —¿Y él?
Al mencionarlo, Carolina hizo un puchero y respondió afligida: —Parece que me tiene algo en contra. Llegó a casa y ni me miró, se fue directo a su cuarto, cerró la puerta y por más que lo llamo, me ignora por completo...
—¿Él? —Joaquín no lo podía creer— Si te adora. Incluso por ti dejó a su propia madre que solo quería lo mejor para él.
Carolina quería seguir desacreditando a Gabriel para crear distancia entre padre e hijo. Pero al ver la expresión protectora de Joaquín, se guardó lo que iba a decir. Ya habría tiempo, pensó. Debía ser más paciente.
—Tal vez le pasó algo en el jardín de niños y por eso está de mal humor —sugirió Joaquín. Le dio unas suaves palmadas en la espalda: —Ahora que estás embarazada te cansas fácilmente, no te preocupes por estas cos