La mujer parada en la entrada, con un maquillaje impecable y una belleza deslumbrante, era la candidata a pareja de Daniel. Se llamaba Valeria Montoya.
Él había pensado que después de que ella pusiera sus condiciones y él las rechazara, ambos entenderían tácitamente que no eran compatibles.
Y que Valeria seguiría buscando pareja por otro lado.
Daniel realmente no esperaba que viniera a buscarlo.
—¿Te sorprende verme? —Valeria cruzó los brazos, intentando pasar junto a Daniel para entrar a la oficina.
Daniel frunció el ceño bloqueándole el paso: —¿Se te ofrece algo?
Detenida en la entrada, Valeria mostró su disgusto: —¿Por qué rechazaste mi cita para mañana?
Y continuó: —¿Es que no quieres verme?
—Exacto —Daniel fue contundente—. Señorita Montoya, creo que muchas cosas quedaron muy claras en nuestro primer encuentro.
Enfatizó cada palabra: —No puedo aceptar tus condiciones.
—¿No crees que no deberíamos seguir en contacto y perder el tiempo, verdad?
Valeria pareció ignorar completamente