Capítulo 38 —Hablamos luego

Narrador:

Dominic se quitó el saco despacio y lo dejó sobre el respaldo del sofá, como si no quisiera hacer ruido, como si todavía no estuviera seguro de lo que estaba haciendo… o de lo que estaba sintiendo. Natalia ya iba camino a la cocina, con el cabello algo revuelto por la noche larga. Caminaba tranquila, sin apuro. Natural. Como si no supiera lo que provocaba.

Pero lo sabía. Dominic la siguió. No podía no hacerlo. Ni aunque lo intentara. Sus ojos se detuvieron inevitablemente en ese vaivén suave, hipnótico, que le recordaba todas las veces que había intentado no mirarla… y había fallado. Se relamió sin darse cuenta.

—Deja de mirarme el trasero o te doy el café sin azúcar —dijo Natalia, sin voltear ni un milímetro, mientras abría el armario para sacar las tazas.

Dominic se quedó helado un segundo. Luego soltó una carcajada baja, casi avergonzada, y negó con la cabeza.

—¿Siempre fuiste así de bruja o es un talento que desarrollaste conmigo?

—No hace fal