Capítulos 37 —¡Ese pez está loco!
Narrador:
Desde la cocina de la casa de huéspedes, Natalia removía la olla con concentración mientras el aroma a mantequilla comenzaba a impregnar el aire. Las palomitas de maíz ya reventaban con ritmo constante, y ella calculaba que en un par de minutos estarían listas.
Al fondo, desde el salón, podía escuchar perfectamente las voces de Sofía y Mateo, los gemelos Adler, discutiendo, una vez más, sobre qué película animada ver primero.
—¡Yo dije que empezábamos con la del dragón! —reclamaba Sofía, al borde de la indignación.
—¡Pero tú elegiste la última vez! ¡Ahora me toca a mí! —le respondía Mateo, subido en el sofá, con una manta colgando del hombro como si fuera una capa.
Natalia sonrió, sin dejar de mover la olla.
—Ay, Dios mío… esto sí que va a ser una maratón —murmuró para sí misma, divertida.
Apagó el fuego, retiró la olla y la volcó con cuidado en un bol enorme. Con la mezcla caliente en las manos, se asomó al umbral de la cocina.
—¡A ver, cin