Capítulo 19 —Loco o pobre
Narrador:
Suárez sonrió, satisfecho, como si acabara de cerrar un trato largamente esperado.
Eros, aún con el vaso en los labios, bebía lentamente. El cristal ocultaba el temblor en su boca. El agua estaba tibia. O quizás era su garganta la que ardía. Roman lo miró de reojo. No necesitaba palabras para saber lo que su cuñado estaba sintiendo. Pero como Eros no dijo nada, él tampoco se detuvo.
—¿Qué dices, Suárez? —insistió, apoyando los codos en la mesa con elegancia —¿Unimos nuestras familias?
Eros no levantó la mirada. Solo asintió muy levemente, fingiendo que el agua le interesaba más que la vida que acababan de pactarle. Pero Suárez no brindó. Dejó la copa a medio levantar y sonrió con astucia.
—Aunque… siendo sincero —agregó —yo siempre imaginé una unión entre un Suárez y un Adler en sentido inverso. Tu hija, Roman… Sasha. Es una chica hermosa, inteligente, fuerte. La sangre de mi hijo Marcelo no desentonaría con la suya.
Roman no respondió. Solo lo miró,