Una lucha por amor.
El Alfa Romano cayó al suelo, el sangraba de la herida, era poderoso, pero una bala de plata era el talón de Aquiles de un Alfa.
— ¡Joshua, mi amor...! ¿Qué hiciste? ¿Por qué...? ¡El no es tuyo, tú no eres su pareja destinada, el... me ama a mí, y yo lo amo a él... Joshua... por favor no mueras! — Aria se agachaba a abrazar a su amor, no podía estar pasando esto, no cuando estaban por comenzar una vida juntos, no cuando se amaban tanto.
— ¡Joshua... yo no quería herirte a ti... era a ella....a ella! ¿Por qué te interpusiste? Debiste dejar que la bala diera en su objetivo. ¡Esa loba es la intrusa que nos separa, la única loba que puede ser tu luna soy yo, estuve contigo por años, y tú me deshechaste tan fácilmente, no podías dejarme así, no podías!
La sensual loba Carmina estaba convertida en una psicópata, no estaba dispuesta a ceder al Alfa Romano a nadie, por eso había decidido acabar con esa loba que recién llegaba y se posicionaba como su reina.
— Aria... No llores, no