El frío de la noche ya se sentía, pero dentro de la oficina de Alaric Winter el calor de la ira era palpable. Él revisaba una serie de documentos sobre la caída de las acciones de Stephen Rider, una victoria personal que le daba una satisfacción amarga.
Había enviado a Blaine toda la información al respecto, pero no había obtenido una respuesta de su parte, lo cual lo tenía un tanto incómodo, pues esperaba que estos atacaran tras él, para lograr un ataque más directo sobre el hombre.
Pero cuando estaba dispuesto a llamar a los Blaine en busca de un apoyo, su teléfono sonó.
Era el secretario Frost, aquel que había enviado con su hijo a la villa de los Winter, pero al notar un tono inusualmente serio de su parte imaginó que nada bueno vendría.
—Señor Winter, hay un problema. Es… su… la señorita Ayesa, ha hecho un escándalo terrible, además… lo lamento señor, pero hay un video viral.
Alaric frunció el ceño, su paciencia ya agotada por los problemas de su familia. Había estado luchando en