Un marido para la princesa. Capítulo 27. Sorpresa
Christian Goldman
—Gracias, nos vemos en la casa —le dije y corté la llamada.
Cuando llegamos a tierra firme, no quise pedirles a los muchachos que nos buscaran, tenía temor que estuvieran siendo vigilados y que terminaran atrapándonos. Ayudé a Lynda a cubrirse el cabello para que no pudiera ser identificada.
—Deben tener cuidado, hay guardias de la corona por todos lados… la están buscando princesa —dijo el hombre y sentí cómo el cuerpo de mi esposa se tensaba debajo de mi mano.
El hombre se dio cuenta de que estábamos preocupados porque él la acababa de reconocer y negó con la cabeza.
—Yo no soy enemigo… soy aliado, y mi lealtad está siempre con usted princesa —habló el hombre y se notó la sinceridad en sus palabras.
—Gracias —respondí—. Solo quiero que vea esta tarde la rueda de prensa que tenemos y le diga a toda la gente que pueda… hoy mismo sabrán las razones que ha tenido la princesa para huir.
Luego de despedirnos, caminamos aproximadamente dos kilómetros desde donde nos dejó