52. Frenesí
CAPÍTULO 52
Las primeras horas de Gerald en Chicago son de pura tensión. Una docena de hombres conocidos están reunidos en un bodegón. La mayoría armados, conviviendo entre sí para sus propios propósitos. Hay caos desde que la mafia del sur pasó al territorio contra una de las familias. Pero Gerald tiene en mente otro tipo de cosas.
—Deberían decirle que no entonces, a las treguas que tienen con los Montgomery —sugiere Gerald con acidez, guardándose el arma en la parte baja de su espalda—. No hay control aquí. Por ninguno de ustedes. No hay control porque hay traidores. La ley no ampara a un traidor de la muerte, nuestra ley. No quiero involucrar mis negocios mientras sé que ésta gente sigue fisgoneando en nuestro territorio.
Aleksander mira Viktor. Ambos primos saben muy bien que quiere Gerald.
—No podemos hablar de esto porque expone la conversación a los infiltrados. Pero ustedes, buenos hombres, espero alguna idea para acabar con esto —Gerald se cruza de brazos—. Porque no tengo t