24. Ángel
Gerald espera por ella en la camioneta frente a una fuente. Scarlett se alisa el vestido, ignorando cualquier pensamiento extraño que no la deje en paz. Para soportar ésta pequeña anomalía de pensamiento. Para que la incomodidad no incremente Scarlett pasa derecho sin detenerse a mirarlo.
Gerald, sin decir otra palabra, le abre la camioneta. La ayuda a subir a ésta tomándola de la cintura. En un intercambio de miradas cuando ya está en el asiento, Scarlett con rapidez mira hacia otra parte. Esto será más difícil de sobrellevar de lo que pudo hacer pensando.
—¿Los niños están bien? —su marido pregunta dentro de la camioneta. La capturó cuando miraba la ventana. Scarlett lo observa.
Asiente.
—¿No hay ninguna anomalía?
Scarlett niega.
—¿Usted está bien?
Volviendo a la ventana para mirar otra cosa que no sea la grisácea mirada intimidante de Gerald, también asiente con cuidado.
Gerald no vuelve a preguntar más nada. Cuando él ya no la ve, Scarlett pasa a tener el pequeño males