Capítulo II
El avión aterrizó y a penas toque tierra brasileña pude ver a mi hermana de pie esperándome en las puertas del lugar, escuche cuando grito mi nombre y se arrojó a mis brazos, Simona estaba preciosa, toda una señorita, no era tan alta como mi hermano y yo, pero tenía sus formas espectaculares, cosa que me hacía recordar en como mi hermano se quejaba por los pretendientes que se aparecían.
– Te he echado de menos ¿sabes? – dijo apenas la bajé – todo ha sido algo complicado sin ti – asentí, no quería que la emoción me embarga justo en ese momento – ¡Vamos! – tomo mi mano y me guio hasta su carro.
– ¿Cómo sigue mamá? – pregunte una vez dentro del carro – por Samuel sé que no le ha hecho muy bien su tratamiento, pidió estar en casa …
– Esperamos lo peor, ella pidió estar en casa, Samuel no pudo negarse, nuestro tío ha permanecido a su lado, igual un médico – entendí que nuestro hermano no había reparado en gastos.
Desde la muerte de nue