Capitulo 44.
NICOLÁS COOPER.
Marco al número de mi melodia nuevamente y cuando no me vuelve a contestar, decido marcar el de Amaris.
—¿Diga?
—¿En dónde está mi melodía? —voy directo al punto—. No me contesta.
—Nunca lo hace —me recuerda—. Y sobre dónde está, está en su habitación, no ha querido salir en todo el día.
—¿De nue...? —bufo frustrado—. Toca su puerta y dile que digo yo que si no está afuera para cuando llegue, le irá muy mal.
—¿Y si no sale?
—Lo hará —le digo—. No le gusta que la castigue y si no lo hace, no digas nada y vete de ahí, yo me encargo de ella.
—Entendido —me dice— ¿En cuanto tiempo llegas?
—Maximo cinco minutos —le informo—. Bye.
Le cuelgo y guardo mi celular en el bolsillo de mi pantalón.
Esa mujer me va a escuchar.
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—No ha querido salir —me dice Amaris una vez que me ve caminando por el pasillo en dónde está mi habitación y la de mi melodia—. Y ya ni siquiera quiere hablar para insultarme.
—Yo me encargo —le digo y tocó fuertemente la puerta— ¡SI NO ABRES LA MA