La mansión Moore vibraba con una energía contenida.
Los últimos retoques, el sonido de tacones sobre mármol, perfumes flotando en el aire.
Todos se alistaban para la cena de Caerwyn Analytics.
Noah fue el primero en aparecer.
Vestía un traje gris oscuro, perfectamente entallado.
Camisa blanca y corbata, y el reloj de acero en su muñeca brillaba bajo la luz del vestíbulo.
Su andar era relajado, seguro, como si supiera que cada mirada lo seguiría.
Después salió James.
Aún sin decir palabra.
Sophie lo siguió, con un vestido azul oscuro de tirantes finos que caía justo por encima de las rodillas.
El escote era discreto, pero suficiente para atraer atención.
Al verlos juntos, sonrió con aire juguetón.
—Los mellizos Moore… siempre tan atractivos.
Una tragedia para el resto de los hombres.
James no respondió.
Noah solo sonrió.
Y entonces, la puerta de la habitación de Isabelle se abrió.
Ella apareció.
Vestía el vestido que James había elegido par