10. JUEGO SUCIO
Capítulo diez: Juego sucio
Teresa alejó esos recuerdos de su mente cuando el helicóptero empezó a descender sobre Civitavecchia.
Cuando aterrizó sobre el helipuerto del yate de Angelo, Teresa se quedó impresionada del tamaño del barco. A Angelo siempre le había gustado mucho el mar, pero diez años atrás, no había compartido ese interés con ella. De hecho, nunca la había llevado a navegar.
Cuando trató de salir del helicóptero con el incómodo vestido de novia, Angelo la tomó en brazos y la sacó de dentro de la cabina.
Un hombre mayor con uniforme de capitán les dio la bienvenida con una amplia sonrisa. Angelo le presentó a Teresa después de dejarla en el suelo. El interior del yate era tan lujoso como cabía esperar y él la condujo hasta el salón principal.
Angelo le explicó que el barco estaba pensado para ofrecer todas las comodidades de una casa y así él podía vivir y trabajar en él por largos períodos de tiempo.
—Mañana te enseñaré todo el barco, si quieres —le dijo.
Luego la miró d