Punto de vista de Luis
En el momento en que Mateo me dijo que Lita había sido quien acosaba a Julio, se me hizo un nudo en el estómago.
Ya había pasado media hora, pero aún podía oír sus palabras.
Fueron agudas, precisas, y las pronunció con ese tono tranquilo y amonestador que siempre me ponía nerviosa.
Si Mateo no hubiera sido quien me dijo que era Lita, habría llamado chivato a quien me lo había entregado.
Era demasiado sofisticada y elegante para acosar a alguien, pero Mateo no era de los que mienten.
Después de reflexionar un rato sobre sus palabras, cogí el teléfono y marqué el número de Lita. Me temblaban ligeramente los dedos mientras esperaba a que contestara.
La línea sonó una vez, dos veces, y entonces llegó su voz familiar, ligera y engañosamente informal.
"¿Luis?", llamó, con un dejo de diversión en el tono.
“Lita”, comencé, intentando mantener la voz firme, “tenemos que hablar. De… todo”.
Se quedó en silencio un momento antes de reírse suavemente. “¿De todo? ¿En serio?