Con un nudo en la garganta Miranda camina de nuevo por el pasillo oscuro de luces parpadeantes, es el día de la apelación el guardia Smith camina a su lado de forma protectora, cumpliendo la promesa que le hizo a la doctora
En este tiempo ha podido conocer a Miranda y descubrir la bondad que ella se empeña en ocultar para que las demás reclusas no descubran su debilidad.
—Espero no verte nunca más en la vida, Ferrer. — Susurra el guardia, cuando abre la puerta que la lleva dentro de la sala del tribunal.
—Con mi suerte, estaré contigo hasta mi último suspiro. — Le responde ella con voz quebrada, tiene mucho miedo de lo que está pasando
—Ah y por si n o lo sabes soy Hill. — Pronuncia ella y entra a la sala.
Con la mirada nerviosa pasea la mirada por el área asignada a la fiscalía, y ve a los ojos a Alma, pero se queda algo descolocada al no encontrar a Darién a su lado.
En la parte de la defensa, se encuentra su padre, Campbell, Marcos y unos pocos empleados, y se sorprende al verlos c