Sandra está hincada a los pies de Bruno. La furia me consume y camino lentamente hacia donde está.
—¿Qué no escuchaste?— me pongo a un lado de Bruno y ella se pone de pie riendo frente a mí.
—¿No le has dicho a esta, lo que hiciste conmigo aquella noche?— respiro hondo
—Vanessa…— Bruno me toma la cintura pero yo alzo la mano
—Mira, no es nuestra culpa que tengas delirios de pertinencia y hayas venido aquí a hacer el ridículo— ella ríe a carcajadas.
—Para Bruno aquella noche no fue ridícula— vuelvo a respirar
—Mira, ten un poco de inteligencia y claro dignidad y deja de decir esas cosas frente a los padres de Bruno —me acerco y susurro—. Ni a ellos ni a mí nos importa lo que haya hecho bajo los efectos de la droga que tu le pusiste en la bebida, a penas así soporta tenerte cer